El «Inti Raymi» o «Fiesta del Sol» era la festividad más grande, más importante, espectacular y magnífica llevada a cabo en los tiempos del Imperio del Tahuantinsuyo, el cual basaba su religión en el culto al Sol. El Inti Raymi fue hecho para rendir culto al «Apu Inti» (Dios Sol) también conocido en ciertos sectores como “Apu P’unchau” (Dios Día). Los súbditos del Inca siguieron festejando la fiesta a escondidas de las autoridades españolas, y un mestizo llamado Garcilaso de la Vega recopiló, en sus afamados Comentarios Reales, descripciones sobre esta fiesta única e incomparable.

La entrada del Inca a la Plaza de Armas o a la Explanada de Saqsayhuaman estuvo siempre presidida por un grupo de “acllas” que rociaban flores y acompañadas por los Pichaq, hombres que se encargaban de espantar con escobas de paja a los malos espíritus que podrían haber en el camino. El inca en todas sus actuaciones al aire libre era siempre acompañado por su “kumillo”, o jorobado enano que portaba la “Achiwa”, especie de paraguas o sombrilla hecha de plumas de colores. Otra parte de la celebración del Inti Raymi consistía en la ceremonia del fuego nuevo. En esta parte de la ceremonia se cumplía la orden del Inca de apagar el fuego en todos los fogones del Cusco y alrededores con el propósito de encender el fuego nuevo que era repartido desde una fogata a todos los fogones de la ciudad. Esto en razón que las cocineras son expertas no solo en cocinar sino también en guardar el fuego entre las cenizas.

El Inti Raymi es una antigua celebración religiosa Inca, como todos sabemos, los incas le rendían culto a su dios: El Dios Inti o Sol en su traducción al español. Antiguamente el Inti Raymi duraba unos 15 días, se hacían sacrificios y se presentaban bailes o danzas para adorar al dios sol. El último Inti Raymi que se realizó con la presencia del Emperador Inca fue en el año de 1535; un año antes de ¨La Conquista Española¨, que en realidad fue la Invasión Española dada en el año de 1536.

Actualmente el Inti Raymi es una representación teatral, millones de cusqueños y personas de todas partes del mundo se dan cita a este acontecimiento que es una de las manifestaciones culturales y tradicionales más atrayentes. Esta celebración Inca hace que cada uno de nosotros sienta correr por sus venas la sangre inca y revalore nuestro pasado.